Una hilera de botellas de un litro de cerveza vacías sobre la mesa -sin contar las cuatro que recién pidieron y están llenas-, ceniceros atestados de cenizas de cigarrillo, uno que otro vaso volcado, risas y el tono de la conversación que se eleva con cada sorbo. "Salud, compañeros", dice Rodrigo: "Por la toma... ¡la tomatera!", grita eufórico Gonzalo, y los cinco restantes integrantes del grupo rompen en carcajadas sin poder contenerse.
Pareciera como si esta escena hubiese sido registrada en mitad de la noche, pero se trata de uno de los tantos bares del barrio universitario República, en Santiago, donde pese al frío, la lluvia, las protestas y el reloj (que recién acaba de marcar las 16 horas), los jóvenes se divierten desde hace rato. "Acá es súper buena onda pa´carretear. El día lo hacemos noche, ¿o no, cabros?", grita otro joven y sus palabras resuenan como una suerte de arenga para sus compañeros de parranda.
Para ellos, según relatan con orgullo, la jarana comenzó poco después de las 10 de la mañana, hora en que los pubs del sector abren sus puertas para recibir a los sedientos estudiantes que están "haciendo hora para entrar a clases". Se trata de auténticos centros de diversión diurna hasta donde los jóvenes llegan para "entrar en onda" y luego trasladarse hasta alguna de las discotecas del sector, que también funcionan de día.
¿Su pase escolar?
En el barrio República existe una decena de pubs distribuidos entre calle Salvador Sanfuentes, Avenida España y Echaurren. Entre los más visitados se cuentan Club 40, Makalú, Baricomio y hasta un local perteneciente al Círculo de Funcionarios Civiles de Carabineros que prácticamente ha sido "tomado" por los universitarios. Para ellos se ofrecen combos y ofertas del tipo "20 empanadas y 2 Becker", "4 cervezas y una chorrillana" o "2 hot-dogs y 4 Bálticas".
Cuando son cerca de las 18 horas, los grupos de jóvenes salen de los pubs para dirigirse a la discoteca Rapa Nui, en Avenida España, una de las más grandes y concurridas. Según cuenta su administrador, Mauricio Gutiérrez, a los jóvenes se les exige mostrar el carné universitario antes de entrar, para luego someterlos a una minuciosa revisión de sus mochilas.
"Ellos vienen para acá en sus horas libres y en lugar de que estén tomando en la calle, acá tienen un lugar seguro para reunirse", dice Gutiérrez, quien agrega que debido al éxito del local se inaugurará la próxima semana una sala VIP para estudiantes. Rapa Nui abre sus puertas a las 14 horas y hasta las 19 funciona como pub, ofreciendo tragos desde $ 1.400. Luego comienza el baile, que se prolonga hasta la medianoche.
"La idea es que el carrete sea temprano y no dure hasta las 3 de la mañana, como antes, cuando se recibían muchas quejas de los vecinos", agrega Gutiérrez, quien cuenta que muchos papás llegan en auto a buscar a sus hijos a la disco.
La calle 18
El otro foco de diversión universitaria de la capital se concentra unas cuadras más arriba, en la calle Dieciocho. Allí, tres pubs abren sus puertas desde las 10 horas y atienden hasta la medianoche. A estos se suma una discoteca diurna, llamada la "18". "Por luca te tomas una cerveza de litro. Si falta plata, puedes pasar un copete piola y vas llenando el vasito sin que cachen los dueños", confiesan un par de estudiantes del sector que reconocen "estar arriba de la pelota", es decir, ebrios.
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